El 21 de julio se celebra en Perú el Día del Pollo a la Brasa, una fecha que rinde homenaje a uno de los platillos más emblemáticos del país. Esta celebración no solo destaca la popularidad de este delicioso platillo, sino que también resalta su significativo impacto en la economía peruana.
El pollo a la brasa es mucho más que un simple platillo en la gastronomía peruana; es una tradición que une a familias y amigos en torno a una mesa. Según un informe de la Asociación Peruana de Avicultura (APA), aproximadamente el 40% de la producción avícola en Perú se destina a la preparación de pollo a la brasa, lo que refleja su importancia en la dieta diaria de los peruanos.
«El consumo de pollo a la brasa no solo es un placer culinario, sino que también representa un importante motor económico. La cadena de valor que se genera a partir de su producción, distribución y venta involucra a miles de empleos y negocios en todo el país», comenta Milagros Torres, subdirectora de la Facultad de Negocios de Zegel.
El sector de las pollerías es uno de los más dinámicos en la industria gastronómica peruana. De acuerdo con datos del Ministerio de la Producción, en 2023, las pollerías generaron ingresos superiores a los S/ 2,500 millones. Este crecimiento se ve impulsado por la alta demanda y la proliferación de estos establecimientos en todo el territorio nacional.
Además, un estudio de la Cámara de Comercio de Lima (CCL) revela que existen más de 12,000 pollerías en el país, empleando a más de 75,000 personas de manera directa e indirecta. Este sector también ha demostrado resiliencia y adaptabilidad, con un notable incremento en las ventas a través de plataformas de delivery y aplicaciones móviles durante y después de la pandemia.
El consumo per cápita de pollo a la brasa en Perú es de aproximadamente 50 kilogramos al año, uno de los más altos de la región. Según una encuesta realizada por Ipsos Perú, el 70% de los peruanos consume pollo a la brasa al menos una vez al mes, lo que subraya la arraigada preferencia por este platillo.
«El éxito del pollo a la brasa radica no solo en su sabor inigualable, sino también en su accesibilidad y precio competitivo. Esto lo convierte en una opción favorita tanto para almuerzos familiares como para eventos y reuniones sociales», añade Torres.
El futuro del sector de las pollerías en Perú se presenta prometedor, con expectativas de crecimiento sostenido. La innovación en la oferta, como la inclusión de productos complementarios y menús diversificados, así como la adopción de tecnologías para mejorar la experiencia del cliente, son algunas de las estrategias que impulsarán este crecimiento.
«Para los emprendedores y empresarios, el negocio del pollo a la brasa representa una oportunidad atractiva. La clave está en mantener la calidad y el servicio, además de adaptarse a las nuevas tendencias del mercado», concluye Milagros Torres.
El Día del Pollo a la Brasa no solo celebra un plato icónico de la gastronomía peruana, sino que también destaca su impacto significativo en la economía y la cultura del país. Con una cadena de valor robusta que genera miles de empleos y un consumo que sigue en aumento, el pollo a la brasa es, sin duda, un pilar importante de la identidad y economía peruana.