Lima.- Una iniciativa liderada por comunidades asháninkas de la selva central y una ONG se ha convertido en una experiencia líder para la protección de territorios en la cuenca del río Ene. Se trata del programa PAAMARI (fuego en lengua asháninka), que articula los esfuerzos de la Central Asháninka del Río Ene (CARE) y la ONG Cool Earth, y que ha logrado capacitar a 275 miembros de esta etnia amazónica.
Este proyecto de enfoque cultural fortalece la capacidad de las y los miembros de 45 comunidades asháninkas para enfrentar los efectos de la crisis climática en sus territorios, que hoy se ven afectados por un preocupante incremento de los incendios forestales. Según el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), en lo que va del año se han registrado 361 incendios forestales en 22 departamentos del Perú incluyendo zonas de la selva central.
Para Brenda Toledo, gerente de programas de Cool Earth, los principales afectados de estos desastres son los pueblos indígenas y comunidades nativas puesto que sus vidas están estrechamente conectadas con los bosques tropicales y sus recursos. Lo mismo es confirmado por Ángel Pedro Valerio, presidente de CARE, quien detalla cuáles son las principales pérdidas.
“Los pueblos indígenas hoy enfrentamos un cambio drástico en nuestra forma de vivir a causa del cambio climático. Vemos cómo han incrementado los incendios forestales en nuestras comunidades, afectando a nuestros hermanos asháninkas en sus sembríos de yuca, plátano, cacao y café; sus plantas medicinales, y animales que aún existen en el bosque”, explica Valerio.
Comités de Vigilancia Forestal Comunitarios
Ante el duro contexto, la iniciativa PAAMARI estableció la creación y capacitación de 45 Comités de Vigilancia Forestal Comunitario, conformados por 275 miembros de comunidades asháninkas de la cuenca del río Ene. Ellas y ellos han recibido recursos para la prevención, mitigación y control de los incendios forestales, beneficiando a más de 5 mil familias asháninka y protegiendo más de 242 mil hectáreas de bosque tropical en el departamento de Junín.
Durante la capacitación, se integró el profundo conocimiento del territorio de las y los asháninka con tecnologís clave, como imágenes satelitales, GPS, radios intercomunicadores y drones, lo que permite generar alertas sobre incendios en sus territorios, reduciendo la vulnerabilidad de estas comunidades frente a estos desastres. A través de este enfoque, la estrategia PAAMARI busca impulsar el desarrollo de una agenda que promueva una política pública de manejo integral del fuego en las comunidades amazónicas, fortaleciendo la protección del territorio indígena.
Durante 2024, se ha reducido el número de incendios forestales en la zona en más de la mitad; pasando de 25 emergencias en 2023 a 9 en 2024. La experiencia del proyecto PAAMARI ha demostrado que las comunidades indígenas que combinan sus saberes ancestrales con recursos tecnológicos para el monitoreo y que han participado en las Escuelas PAAMARI, tienen un riesgo cinco veces menor de presentar incendios forestales en sus territorios, en comparación con otras comunidades que no disponen de estas herramientas. Por tanto, seguir fortaleciendo los territorios indígenas y protegiendo los bosques tropicales es vital para proteger nuestra Amazonía.
Datos:
Según los datos del centro de monitoreo de la Central Asháninka del Río ENE, los riesgos de que ocurra un incendio forestal durante la temporada seca, son hasta 100 veces mayores en territorios invadidos con espacios de monocultivos o grandes extensiones agrícolas.