No duele, no siempre da síntomas y muchas veces el paciente no sabe que la tiene hasta que causa daños graves en el hígado. La hepatitis B es uno de los virus más expandidos en el mundo. Se estima que 254 millones de personas padecen esta enfermedad. La doctora Adelina Lozano gastroenteróloga de la Clínica Ricardo Palma brinda datos muy útiles sobre esta afección para aprender prevenirla y entenderla mejor.
1.- Es una infección viral que afecta al hígado. Si se adquiere en la infancia, existe un 90% de probabilidad de que se vuelva crónica. En cambio, cuando se contrae en la edad adulta, el riesgo fluctúa entre el 5% y el 10% de los casos.
2.- Se trasmite por vía sanguínea o por transfusiones de algún elemento de la sangre (glóbulos rojos, plaquetas, etc.) de personas infectadas, así como, por relaciones sexuales, curaciones dentales, piercing, tatuajes, entre otros. No se contrae por ingerir alimentos o compartir cucharas y/o platos.
3.- El 80% de los pacientes son asintomáticos. Solo pocos presentan ictericia en los ojos u ojos amarillos.
4.- Puede causar cirrosis hepática y cáncer de hígado, aunque no todos los infectados desarrollan cirrosis. Los que sufren cirrosis suelen tener várices esofágicas, ascitis (acumulación de líquido en el abdomen) o encefalopatía hepática que son complicaciones propias de la patología.
5.- La infección se puede prevenir con una vacuna de tres dosis. Esta inmunización está incluida en el Plan Nacional de Vacunación. Los adultos que no están protegidos, todavía pueden hacerlo, así que consulte con su centro de salud.
6.- Hay un porcentaje de pacientes que se curan espontáneamente, algunos presentarán infección crónica sin cirrosis y otros progresarán hasta la cirrosis y al cáncer de hígado.
7.- Cuando los pacientes hacen la enfermedad crónica, que significa tener persistencia del antígeno del virus de la hepatitis B más de 6 meses, deben ir al hepatólogo para ver si tienen criterios para iniciar tratamiento antiviral para desacelerar la progresión del mal.
La hepatitis B puede pasar desaperciba durante años, pero sus consecuencias no. Lo bueno es que en la actualidad se cuenta con vacunas efectivas, métodos de diagnósticos accesibles y tratamientos que pueden marcar la diferencia. Informarse e inmunizarse son acciones que pueden proteger su salud.