El Día Internacional del Corrector de Textos fue instituido por la Fundación Litterae de Argentina el 27 de octubre, por coincidir con el nacimiento del filósofo y humanista neerlandés Erasmo de Róterdam (1466-1536), quien tuvo un papel trascendental en la corrección y traducción de diversos textos en latín.
La labor de un profesional de la corrección de textos consiste en leer, revisar y sugerir mejoras a un escrito, con el objetivo de dotarlo de cohesión, precisión y legibilidad. Por ello, los correctores deben tener en mente siempre a sus principales consumidores: los lectores. En tanto, el corrector también se encarga de la revisión ortográfica, sintáctica, gramatical y ortotipográfica de los escritos.
Un paso más en la profesionalización
Un corrector de textos debe integrar a su trabajo una serie de conocimientos y destrezas que le permitan preservar la calidad de los textos que se le encomiendan. Por ello, hoy en día es indispensable que reciba una formación integral.
En el mundo hay diversas instituciones que dedican sus esfuerzos a formar correctores de textos con amplio sentido crítico y de la estética, convirtiéndose así en socios estratégicos dentro de cada proyecto editorial. En Perú, la Escuela de Edición de Lima ofrece el Curso Integral de Corrección de Estilo, considerado como uno de los más completos del sector editorial (192 horas lectivas). Cerca de veinte promociones han egresado de sus aulas y sus ex alumnos trabajan en diversas empresas donde se requiere producir y revisar material escrito. De este modo, se ha profesionalizado este oficio y se ha visibilizado al corrector como un agente clave en toda entidad.
Así mismo, en todo el mundo existen instituciones en las que uno se puede formar y actualizarse como corrector. Por ejemplo, en España está la Escuela Cursiva y Cálamo & Cran; en Colombia, el Instituto Caro y Cuervo; en Chile, la Pontificia Universidad Católica ofrece diversos talleres y cursos vinculados a la corrección; en Estados Unidos, Udemy; y en Argentina, la Fundación Litterae.
La unión hace la fuerza
La relevancia del trabajo del corrector de textos ha hecho que en muchos países se formen asociaciones que agrupan a los profesionales de la corrección, a fin de velar por sus intereses y fortalecer la imagen del trabajo que realizan.
En el Perú existe la Asociación de Correctores de Textos (ASCOT), fundada en 2010, que cuenta con más de cien asociados. Así mismo, en Uruguay está presente la Asociación Uruguaya de Correctores de Estilo (AUCE); en Colombia, la Asociación Colombiana de Correctores de Estilo (Correcta); en Argentina, los Profesionales de la Lengua Correcta de la Argentina (PLECA); y también existe la Unión de Correctores (Único) de España. A su vez, se ha formado, en el 2020, la Red de Asociaciones de Correctores de Textos en Español (RedActe). De igual manera, tenemos a la Asociación de Correctores de Textos de Ecuador (Acorte), fundada en 2011; a la Asociación Mexicana de Profesionales de la Edición AC (PEAC), constituida en 1993; a la Unión Costarricense de Profesionales en Corrección de Textos (Contexto), entre otras.
Sin la pericia del corrector para detectar errores, gazapos y erratas, así como su capacidad para potenciar mensajes, no sería posible emprender un proyecto de publicación. Por ello, saludamos a todos los correctores de texto en este día.