Lima.- La batalla contra el cáncer es un camino difícil e incluso crítico. Recibir el diagnóstico puede provocar una serie de emociones, desde la angustia, ansiedad, estrés y vulnerabilidad hasta la esperanza, resignación o resiliencia.
Una encuesta online, realizada por Ipsos Global, revela que el cáncer es el tercer principal problema de salud para los peruanos encuestados, después de la salud mental. Estos dos aspectos convergen en un espacio donde, para un paciente oncológico, el tratamiento psicológico es tan importante como el médico.
“Ambos aspectos van de la mano y cumplen un rol esencial al llevar un tratamiento integral y aprender a afrontar los retos emocionales que acompañan a la enfermedad”, sostiene la Dra. Liliana Larrea, Jefe de Auditoría Oncológica de Pacífico Salud.
La importancia del apoyo psicológico
Es necesario reconocer que la salud mental desempeña un papel crucial en el bienestar general. En ese sentido, un modo de lidiar con los sentimientos de angustia y vulnerabilidad es recurrir a la psicooncología. Esta disciplina ofrece ayuda especializada a personas diagnosticadas, así como a sus familiares y cuidadores.
Para la especialista de Pacífico Salud, la psicooncología es una especialidad fundamental dentro del equipo multidisciplinario que está tratando el cáncer, ya que todos los aspectos juegan un importante rol para el bienestar de la persona e influyen en cómo vivirá todo el proceso de enfermedad.
Además, la Dra. Larrea destaca que: “experimentar un cúmulo de emociones abrumadoras es totalmente válido; sin embargo, es importante aprender a entenderlas y gestionarlas de forma saludable y dentro de un espacio seguro. Un especialista está capacitado para ello”.
Grupos de apoyo
Conversar sobre el cáncer puede ser una oportunidad beneficiosa y terapéutica para quienes han recibido un diagnóstico. El compartir pensamientos, sentimientos y preocupaciones con personas de confianza puede aliviar la carga emocional y otorgar un sentido de respaldo y comprensión.
“No obstante, es fundamental respetar los límites personales porque algunos pacientes pueden ser más reservados, mientas otros expresan su situación de manera más abierta. Ambas elecciones son válidas y deben ser respetadas”, explica.
Igualmente, una red de apoyo conformada por personas que ofrecen soporte beneficia al bienestar emocional y físico del paciente y quienes le rodean. Un sistema sólido puede disminuir el estrés y proporcionar asistencia práctica en tareas diarias o durante el tratamiento, entendiendo que esto no refleja debilidad.
El estrés: ¿cómo manejarlo?
El diagnóstico y tratamiento del cáncer pueden causar gran estrés y ansiedad. Para ello, “la psicooncología proporciona métodos y estrategias para manejar estas emociones, entre ellas la terapia individual, la práctica de mindfulness y las técnicas de relajación”, sugiere la experta de Pacífico Salud.
Otra forma de manejar el estrés es con la práctica de actividad física. Caminar, nadar, bailar o practicar yoga son excelentes maneras de hacer actividad física mientras atraviesa el tratamiento del cáncer. De acuerdo con un informe de la Mesa Redonda Internacional Multidisciplinaria del Colegio Estadounidense de Medicina Deportiva en 2018, hay pruebas “suficientes” para afirmar que el ejercicio de intensidad moderada durante y después del tratamiento del cáncer reduce la ansiedad y los síntomas depresivos en los sobrevivientes de cáncer.
El enfoque integral en el cuidado oncológico es esencial para abordar tanto los aspectos físicos como emocionales de la enfermedad. Integrar la psicooncología, el apoyo social y la actividad física en el tratamiento mejora la calidad de vida de los pacientes, pero también fortalece su capacidad para enfrentar el cáncer con mayor resiliencia.