Lima.- El primer Jardín Polinizador del Perú fue inaugurado el 27 de agosto, marcando el inicio de Alas para el Campo, una iniciativa que contempla la instalación de varios jardines en diferentes zonas, con el objetivo de proteger la biodiversidad y promover la sostenibilidad ambiental en el país.
Se trata de un jardín ubicado en el distrito de Jesús María. Este espacio, fruto de la colaboración entre BASF Peruana y ANIQUEM, busca ser un refugio para especies de polinizadores esenciales como abejas, mariposas y colibríes, que juegan un papel crucial en la preservación de nuestros ecosistemas.
El proyecto ha sido posible gracias a la colaboración entre ambas organizaciones comprometidas con el desarrollo sostenible. ANIQUEM, conocida por su labor en rehabilitación, se ha unido a esta causa aportando su experiencia en proyectos de impacto social.
“En ANIQUEM estamos orgullosos de ser parte de una iniciativa que no solo protege a los polinizadores, sino que también educa y empodera a las futuras generaciones en la importancia de cuidar nuestro planeta”, comenta el Dr. Raúl Rodríguez Vilca – presidente y fundador de la asociación de ayuda al niño quemado – ANIQUEM.
Un jardín polinizador es un espacio especialmente diseñado y gestionado para atraer a los polinizadores como abejas, mariposas, aves y otros insectos. Estos jardines incluyen una diversidad de plantas nativas que proporcionan néctar y polen en las diferentes estaciones del año, garantizando refugio y suministro de alimento y agua fresca para estas especies.
El jardín está equipado además con un bebedero para abejas, diseñado de tal manera que las abejas puedan hidratarse sin ahogarse, para que tengan acceso constante a agua limpia y fresca, lo que es indispensable para su supervivencia y bienestar.
Los beneficios de la iniciativa no solo tienen impacto en la fauna local, sino también en el entorno humano. Los polinizadores son responsables de la reproducción de más del 70% de las plantas que existen en el mundo. Al apoyar estas especies, los jardines polinizadores ayudan a mantener la seguridad alimentaria y a conservar la biodiversidad, contribuyendo, además, a la mejora de la calidad del aire y del suelo.
“Este aporte simboliza un paso importante hacia la restauración de nuestros ecosistemas y la mitigación de los impactos del cambio climático”, comenta Flavia Zuleta, Gerente del Negocio de Soluciones para la Agricultura de BASF Peruana. “Al brindar un espacio protegido para los polinizadores, estamos invirtiendo en el futuro de nuestro medio ambiente, la seguridad alimentaria y de las próximas generaciones”, afirma.
El jardín polinizador Alas para el Campo se convierte en un símbolo de esperanza y acción frente a los desafíos ambientales que enfrenta el Perú. “Desde BASF Peruana, esperamos que esta iniciativa inspire a más organizaciones a replicar esta acción a favor de nuestro ecosistema”, finaliza Zuleta.