Néstor Villanueva reveló diversos pasajes de su vida en el podcast de “La Casa de la Cumbia”. El cantante comentó que hacerse mediático, tuvo que lidiar con comentarios del público que lo etiquetaban como “vago” y “mantenido” o que lo presentaran como “el yerno de…” en alusión a Susy Díaz.
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“No tocaré mis temas personales por respeto ni haré mención a nadie, pero en su momento sí fue difícil que me etiqueten como “el yerno de (Susy Díaz)” y que desde el día 1 me califiquen de “vago” y “mantenido” cuando a mí me conocieron grabando el videoclip para una orquesta, no en una esquina. A veces incomoda porque uno trata de tener una buena imagen, pero una cosa haces mal ya te quieren hacer leña”, expresó.
Asimismo, sostuvo que “cuando me acusaron sin pruebas, no aceptaba contratos por temor a que el público me tire un vaso o que haya alguna cámara y digan “sus eventos son tal o cual” cuando no es así. No veía TV, no tenía Internet, incluso pensé de irme del país por un tiempo y después dije “¿para qué me voy a ir del país sino he hecho nada?”, así que me quedé y decidí mostrarme fuerte, pero por dentro me sentía mal porque pensaba en mis padres y si me iba a Chancay, era darles una carga, por ello, fui a terapia. Al principio salía llorando de las sesiones, pero la psicóloga me dio confianza, necesitaba que alguien me hable y aconseje que no sea un amigo y familiar. Ahora me siento más fuerte que nunca, con ganas de comerme al mundo, hacer más música, ir a paso lento y que la gente poco a poco vaya viendo el avance que vengo haciendo en la música”.
Por otro lado, Villanueva contó cómo fueron sus inicios en la música. “Empiezo cantando en el coro de la parroquia en mi natal Chancay. En noviembre de 1994, la parroquia hizo una verbena y ese fue mi primera aparición en público. Desde ese momento, comenzaron a invitarme a diferentes actividades en otros barrios, en aquel entonces, era feliz de que me paguen con una gaseosa y una galleta. En 1995 ya con 15 años, mis amigos me animaron a participar en el festival “El Tumi de Oro”, en Huaral. En esos años cantaba baladas y gané con el tema “Ave María” del español Rafael. Ese concurso me cambió la vida pues empecé a trabajar como profesor de canto en la municipalidad de Huaral además de asistir a eventos los fines de semana. En 1998, vine a Lima a probar suerte, toqué muchas puertas y viví en aquí por largo tiempo y después en Iquitos, Chiclayo, Pucallpa, Juanjuí, etc., por trabajo. Fue un poco duro y sacrificado pero bonito porque hacía lo que me gustaba. Hay momentos que preferí dejar la música, pero la gente me impulsó a seguir adelante”, manifestó.
Entre sus proyectos cercanos, dijo que espera pronto grabar una producción y seguir creciendo como artista.